dijous, 18 d’octubre del 2012

LA NOVEL·LA NEGRA COM A FONT PER A LA HISTÒRIA


El 17 d'octubre els francesos varen viure un dels episodis més sagnants i desconeguts de la seva història contemporània, el que es coneix com a la Ratonnade, quan la policia i els serveis secrets varen matar més de 200 algerians en ple conflicte de la descolonització (podeu veure les notícies de El País i La Vanguardia aquí sota). Aquest episodi havia quedat en bona part ocult per l'Estat i s'havia investigat molt poc, però en canvi l'escriptor Didier Daeninckx va escriure Memòria Mortal, que es va publicar el 1987 amb el número 8 de La Negra de La Magrana, on la trama de la novel·la està vinculada de forma molt directa amb aquests esdeveniments, que ocupen bona part de la primera part del llibre. LLegir aquesta novel·la fa transpirar la por que sentien els manifestants, les angoixes dels moments, i ens submergeix en aquella jornada del 1961. Una vegada més la novel·la negra demostra ser una font ben vàlida per a la història i fins i tot un llibre de denúncia que obre portes a investigacions futures.
imatge alusiva a la convocatòria
La sinopsi de la novel·la és aquesta:
Memòria mortal. Dimarts, 17 d’octubre de 1961. París. Roger Thiraud, professor d’història i de llatí del Institut Lamartine, cau abatut a trets durant una manifestació d’algerians contra la guerra d’Algèria. Tolosa de Llenguadoc, 1982. Bernard Thiraud, historiador que investiga la condemna a mort que un tribunal col·laboracionista  va dictar contra Charles De Gaulle a Tolosa cau abatut a trets quan surt de fer unes consultes als arxius de l’Ajuntament. Si l’inspector  Cadin vol resoldre la mort del fill, haurà de resoldre, també, l’assassinat de son pare, vint-i-un anys abans. La investigació l’obligarà, doncs, a fer un viatge al passat: a l’any 1961, però també, a l’any 1940, a la França ocupada pels nazis.

Francia admite por primera vez la sangrienta represión de argelinos en París
Hollande rinde homenaje a los manifestantes muertos a manos de la policía en 1961
MIGUEL MORA París 17 OCT 2012 - 19:19 CET31

Decía hace unos días el eminente actor Jean Rochefort que los franceses son especialistas en reconocer sus faltas medio siglo después de que ocurran. Hoy ha quedado demostrado una vez más, cuando el presidente francés, François Hollande, ha asumido oficialmente la culpa del Estado francés en la "sangrienta represión" de una manifestación a favor de la independencia de Argelia celebrada en 1961 en París. Hollande ha calificado lo ocurrido hace 51 años como una "tragedia", y ha reconocido que los manifestantes “fueron asesinados”.

En una nota breve, el Elíseo señala que "el 17 de octubre de 1961 los argelinos que se manifestaban por el derecho a la independencia fueron abatidos durante una sangrienta represión". "La República reconoce con lucidez estos hechos", añade Hollande, que subraya que “51 años después”, es hora de rendir homenaje “a la memoria de las víctimas".

El presidente socialista cumple así con una promesa electoral hecha hace justo un año. El lunes, el Partido Socialista había pedido un reconocimiento oficial de lo ocurrido. Y un poco antes de que Hollande hablara, el alcalde de París, Bertrand Delanoë, había depositado una corona de flores ante la placa conmemorativa que hizo colocar en 2001.

Es la primera vez que un jefe del Estado galo asume la responsabilidad de aquella masacre, cometida bajo la presidencia de Charles de Gaulle y de la que no se conoce siquiera la cifra exacta de víctimas, aunque diversos libros y estudios estiman que hubo entre 50 y 200 muertos.

La represión fue dirigida por el prefecto de policía Maurice Papon, que decidió disolver una manifestación del Frente de Liberación Nacional (FLN) argelino convocada junto al Arco del Triunfo contra el toque de queda impuesto a los “franceses musulmanes de Argelia” que vivían en la región de París. El centroderecha ha criticado las palabras de Hollande, y el jefe de filas de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), Christian Jacob, ha afirmado que es "intolerable poner en cuestión a la policía republicana, y con ella a toda la República".

Según el escritor Jean-Luc Einaudi, autor del libro 'La batalla de París - 17 de octubre de 1961', al menos una veintena de personas murieron durante la represión de la protesta, mientras 40 desaparecieron.

En una entrevista concedida hoy a la televisión France 24 antes de que se conociera la decisión de Hollande, el escritor ha explicado que la tardanza del reconocimiento oficial se debe a "diversas razones".

"La primera es que los responsables siguieron durante mucho tiempo ocupando funciones importantes en el Estado francés" como fue el caso de Papon, prefecto en 1961 y que fue ministro hasta 1981, o el entonces ministro del Interior, Roger Frey, que presidió el Consejo Constitucional hasta 1983, informa EFE.

Además, François Mitterrand, que estaba en la oposición cuando se produjeron los hechos, "no quiso que se volviera a los años de la guerra de Argelia" una vez llegó al poder, "teniendo en cuenta sus propias responsabilidades como ministro del Interior y luego como ministro de Justicia".

Solo el paso del tiempo y la publicación de libros ha permitido que "la verdad se abra camino", ha dicho Einaudi, que piensa que el "momento crucial" fue el proceso celebrado en 1999 contra Maurice Papon que "finalmente permitió que se conociera la masacre".

Einaudi ha lamentado que desde la Prefectura de Policía de París se ha tratado de "mantener las versiones engañosas y de actuar para obstaculizar" el reconocimiento de la matanza. Hollande visitará Argelia en viaje oficial a principios de diciembre.


Francia reconoce su culpa en la masacre de argelinos en París en 1961
Decenas de argelinos murieron ahogados en el río Sena cuando reivindicaban una Argelia independiente y ahora la República reconoce aquella represión
Internacional | 18/10/2012 - 08:14h


17 de octubre de 1961. Una fecha que Francia, el país que creó e impulsa los derechos humanos en el mundo, ha querido sin éxito borrar de su memoria histórica sin celebrarla hasta hoy.
La noche olvidada por el Gobierno francés del general De Gaulle que pretendió atenuar la demanda independentista de un grupo de ciudadanos franceses de izquierdas y argelinos que se manifestaron por las calles del centro de París reclamando la soberanía plena para Argelia, que en aquella época estaba bajo la gestión administrativa de la República francesa y ya sufrían desde 1958 tanto los franceses que vivían en el país africano como los argelinos las dolorosas consecuencias de la guerra de independencia.
Aquella noche, el prefecto de la Policía de París, Maurice Papon (acusado años más tarde de colaborar con los nazis en la deportación de miles de franceses en la Francia de Vichy ocupada por las tropas de Hitler) mintió al presidente De Gaulle sobre los resultados de la brutal represión policial de aquella manifestación.
"Sólo hubo un grupo de heridos", dijo. Según los archivos policiales la represión acabó con la masacre de decenas de manifestantes que murieron ahogados en el río Sena cuando escapaban de los disparos y de las porras de la policía francesa.
Por su parte, el Frente de Liberación Nacional (FLN) argelino asegura en aquellos archivos que murieron más de 200 manifestantes, en su mayoría por disparos policiales y ahogados en el río Sena.
Cincuenta años más tarde de aquella noche fatídica para la historia de Francia, el presidente de la República, el socialista François Hollande, ha dado un paso colosal en el que reconoce que la República francesa tuvo su responsabilidad en la represión.
Supone un serio intento para cerrar las heridas entre Francia y Argelia, que nunca se han cerrado en un país donde miles de franceses sufrieron la guerra de independencia y padecieron el rechazo de la metrópolis cuando regresaron a Francia huyendo de la guerra tras la independencia de Argelia y miles de argelinos también padecieron la represión francesa por defender el nacimiento de su propio país al margen de la potencia colonial.
François Hollande ha reconocido oficialmente en nombre de su país la "sangrante represión" ejercida contra los argelinos que se manifestaron el 17 de octubre de 1961 para reivindicar el derecho a la independencia.
"La República reconoce con lucidez esos hechos. Cincuenta y un años después de esa tragedia, rindo homenaje a la memoria de las víctimas", dijo el jefe del Estado en un comunicado difundido por el Palacio del Elíseo, sede de la presidencia.
Ese año, convocados por el Frente de Liberación Nacional (FLN) argelino, varios miles de manifestantes pacíficos acudieron al centro de París en familia, incluso con niños, pese al toque de queda impuesto a los "franceses musulmanes de Argelia" por el entonces prefecto de policía Maurice Papon.
Según los historiadores, entre varias decenas o centenares de personas murieron víctimas de la brutal represión que se desató contra ellos, y muchos de los cuerpos fueron lanzados al río Sena para hacerlos desaparecer.
El balance oficial ofrecido en aquella época por Papon, no obstante, dejó constancia solamente de tres muertes, que se atribuyeron a la Policía en estado de "legítima defensa".
Con la declaración de Hollande se rompen hoy 51 años de silencio estatal respecto a esos hechos, sobre los que el exministro de Interior del anterior Gobierno, Claude Guéant, había considerado que Francia no debía presentar excusas.
El relato, según los historiadores
La represión de la policía parisina, entonces dirigida por Maurice Papon -que finalmente fue condenado en 1998 por crímenes contra la humanidad perpetrados durante el gobierno de Vichy-, contra la población argelina de la región parisina duró todo el otoño de 1961.
En aquellos años convulsos y en pleno debate sobre la descolonización de Francia, en especial de Argelia (Jean-Paul Sartre defendía la descolonización, pero miles de franceses que vivían en Argelia y en Indochina no querían dejar de vivir en aquellos territorios ni sufrir el desarraigo que provoca cualquier guerra) la Francia de De Gaulle ya había más o menos perdido la guerra de Argelia (acabó en 1962) y el general empezaba a negociar con el FLN argelino (entre sus filas también habían terroristas).
El 17 de octubre de 1961, una manifestación pacífica convocada por el FLN contra el toque de queda impuesto para todos los argelinos que vivían en la región parisina por el prefecto de policía Maurice Papon desembocó en una represión brutal, que causó entre 70 y 200 muertos según los investigadores (el historiador Jean-Luc Einaudi cuenta 200, y 325 argelinos muertos por la policía durante el otoño 1961 ).
Los argelinos no fueron las únicas víctimas, porque la policía interpelaba basándose en los rasgos físicos de los transeúntes, ello significó que cualquier persona de aspecto mediterráneo fuera detenida, golpeada y asesinada.
Algunas de las víctimas fueron tiradas al río Sena, mientras que otras muertes fueron disimuladas de manera burocrática. Las víctimas fueron detenidas en el Palacio de Deportes y en el Estadio Pierre de Coubertin, donde sufrieron un trato brutal.
La masacre fue objeto de ocultación estatal, estimando el presidente Charles de Gaulle que era "un asunto secundario". El 8 de febrero de 1962, otra manifestación en contra de la guerra de Argelia y de la organización terrorista OAS acabó en una masacre, la llamada "masacre de Charonne" (una estación de metro parisina).
La manifestación había sido convocada por el Partido Comunista y la CGT, pero no fue autorizada por el prefecto de policía Maurice Papon. Éste ordenó la carga de las fuerzas de orden contra los manifestantes, que causó 8 muertos directos y otro muerto a consecuencia de sus heridas.
Pero las tensiones ya venían de años atrás. El 17 de junio de 1966, De Gaulle aprobó una ley de amnistía que incluía "los actos cometidos en el marco de operaciones policiales administrativas o judiciales", imposibilitando así que se investigaran las responsabilidades en ambas masacres.
En los años siguientes, la masacre de octubre de 1961 continuó siendo un tema tabú. A finales de 1961, el libro de Paulette Péju,Ratonnades à Paris, que relataba los acontecimientos con fotografías de Elie Kagan, fue publicado por la editorial Maspero pero fue censurado y retirado de la venta al poco tiempo.
También la película de Jacques Panigel, Octobre à Paris, que reconstituía los hechos basándose en esas mismas fotografías y en testimonios de argelinos presentes en la manifestación, fue censurada y retirada en su primera proyección en octubre de 1962. Habrá que esperar hasta mediados de los años 1980 para que estos acontecimientos fuesen sacados del olvido, con la publicación de nuevos trabajos de investigación.
En la década de 1990 la masacre del 17 de octubre, como es conocida en Francia, llegó a la conciencia nacional. 
Durante el proceso, los Ministros de Justicia Jean-Pierre Chevènement y Elisabeth Guigou crearon dos comisiones de investigación a fin de estudiar estos mismos archivos policiales y judiciales. Tres historiadores, entre los que figuraba Jean-Paul Brunet, fueron también autorizados a acceder a estos archivos.
El juicio a Maurice Papon
Papon fue juzgado solamente por los hechos perpetrados cuando era prefecto de Burdeos durante la Segunda Guerra Mundial y siempre negó, a pesar de las pruebas acumuladas contra él por el historiador Jean-Luc Einaudi, su responsabilidad directa en la masacre.
En febrero de 1999, Maurice Papon denunció por difamación a Einaudi por un artículo publicado el 20 de mayo de 1998 por el periódico Le Monde, en el que el historiador escribía: "Persisto y firmo. En octubre de 1961, hubo en París una masacre perpetrada por las fuerzas de orden actuando con órdenes de Maurice Papon." El antiguo prefecto de policía perdió el juicio en marzo de 1999.
El 17 de octubre de 2001, el alcalde socialista de París, Bertrand Delanoë puso una placa en el puente Saint-Michel, cerca de Notre-Dame, para conmemorar la masacre.



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