dimarts, 30 d’octubre del 2012

HACER Y SUFRIR LA HISTORIA


Article de Lluís Foix a La Vanguardia

Hacer y sufrir la historia
Artículos | 30/10/2012 - 00:00h

Lluís Foix

Uno de los rituales de muchos domingos por la mañana es darme un paseo por el mercado de libros viejos que ahora se cobija bajo un tejado metálico en la calle Urgell mientras el mítico mercado de Sant Antoni está en obras. Me detengo siempre en la parada de Josep Maria Marca, un librero profesional, culto y afable, que esconde entre sus cajones del suelo auténticas piezas únicas.

Hacemos un resumen sobre política, economía, tertulianos, medios de comunicación, elecciones y autores literarios. Lo liquidamos en un cuarto de hora. Este domingo me enseñó una primera edición de los artículos de Albert Camus sobre España y las consecuencias de la Guerra Civil. La edición de ¡España libre! se imprimió por primera vez en México en 1966. 

Camus me impresionó desde que sus libros empezaron a traducirse al castellano y se vendían en las librerías. Y muy especialmente cuando le fue otorgado el premio Nobel de Literatura en 1957 sin contar con la aprobación de los mandarines intelectuales de la izquierda francesa encabezados por Jean Paul Sartre que le reprochaba su rebeldía al apartarse del pensamiento único del momento.

Albert Camus tiene un compromiso con la verdad y no se deja llevar por modas, mayorías y pensamientos oficiales. En uno de los artículos se pregunta ¿dónde están los asesinos de Companys? ¿En Moscú o en nuestro país? Hay que responder. Hay que decir que hemos sido nosotros los que hemos fusilado a Companys y que somos responsables de lo que siguió. 

Cuando en 1957 le fue otorgado el Nobel se resaltaba su compromiso con la justicia y con la verdad "de una obra que pone de relieve los problemas que se plantean en la conciencia de los hombres de hoy". Camus no abandonó su humanismo cuando acudía a su Argelia natal para gestionar indultos y aliviar la suerte de procesados y condenados. Murió en un accidente de coche a los 47 años.

Su discurso breve y preciso en la concesión del Nobel tiene una gran actualidad. El papel del escritor comporta deberes y retos difíciles. Por definición, dice, el escritor no puede ponerse al servicio de quienes hacen la historia, sino al servicio de quienes la sufren. Hay demasiados políticos que quieren hacer la historia olvidándose de los que la sufren a diario en sus vidas sin tener el privilegio de poder explicar a nadie sus penas.



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